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La cocina es probablemente la habitación de la casa que más ha cambiado, en función de las épocas y la evolución en el estilo de vida. En la actualidad, se tiende cada vez más a integrar esta estancia en el ambiente principal de la casa.
La cocina fue el primer espacio habitable. Los hombres primitivos se reunían alrededor del fuego, como fuente de calor y alimentación. A lo largo de la historia el concepto de cocina ha pasado por múltiples etapas y significados. En el siglo V a.C. con marcado carácter religioso: el hogar donde se cocían los alimentos era también el lugar de culto a los dioses romanos de la casa (lares). En los castillos de la Edad Media, las cocinas eran enormes estancias con gigantescas chimeneas que se dividían por ingredientes, como las paradas de un mercado. Siglos después, en el XIX, los progresos técnicos las transformaron en “laboratorios” separados del resto de la casa, que se situaban en el sótano o al final de largos pasillos. Con la aparición de los aparatos de refrigeración, ya en el siglo XX, se integraron en el mundo de la decoración y paradójicamente, en la actualidad la cocina está recuperando el papel simbólico y las funciones de las primitivas.
La adopción de todo lo que viene de Estados Unidos, así como la evolución en nuestro estilo de vida (cada vez más personas comen fuera de casa por necesidades laborales), han hecho que las comidas sean motivo de celebración o reunión familiar y por tanto precisen de un mayor espacio y un diseño más actual e integrado en las zonas comunes de la casa. El concepto de cocina abierta, lo que habitualmente conocemos como “cocina americana” ha ido ganando más adeptos.
Este fenómeno ha puesto la estética en primer plano. Ahora la cocina es un lugar tan abierto al público como el salón y sus muebles tienden a ser adaptables a cada necesidad. Cada armario, cada cajón, es tan valorado por su estética como por lo que puede ocultar ordenadamente. La isla es el nuevo muro divisorio en las cocinas abiertas al salón y se recomienda usarlas para definir el área asignada a la cocina. Para las viviendas pequeñas es una buena solución, ya que amplia los espacios y se hace mucho más cómodo el recorrido entre los diferentes ambientes. Como anécdota, en muchos pisos se han tirado paredes y ahora se entra por la cocina.
Las cocinas se adaptan a los diferentes estilos en decoración como una parte integrante del salón. Desde los estilos más rústicos con muebles en madera a los más industriales con el cemento y el acero como principales materiales, pasando por multitud de estilos alineados con la decoración del resto de la casa. Los electrodomésticos evolucionan en diseño maximizando al mismo tiempo conceptos como ahorro energético y prestaciones adaptables a las necesidades de los ritmos actuales.
Además, las actuales exigencias, debido a los ritmos de vida, hacen que se conciban materiales para simplificar la limpieza: acero inoxidable, azulejos o revestimientos inalterables y un diseño actual y práctico.
Los nuevos materiales y diseños hacen que las cocinas se integren en espacios abiertos de una manera sofisticada y que se apueste por ambientes más amplios y funcionales donde compartir los mejores momentos.